Es indudable que durante el embarazo los cambios que sufre el cuerpo no sólo son físicos sino también psicológicos, los cuales se manifiestan desde inseguridad debido a que desconocemos los cambios que nos esperan en el devenir del embarazo, hasta por los cambios psíquicos consecuencia de los cambios físicos propiamente.
Tener conocimiento que estos cambios se van a producir, quizás con mayor énfasis en algunas mamás que en otras, hace que se tomen con mayor naturalidad y tranquilidad lo cual es lo que se espera para un embarazo emocionalmente saludable.
En esta etapa, se mostrará labilidad emocional, es decir habrá llanto, risas inapropiadas o, en general, respuestas emocionales desproporcionadas como reacción a la afectación física, pero en ningún caso significa que exista un problema psiquiátrico.
Se toma conciencia de los cambios que va experimentando el cuerpo y los vómitos o náuseas puede generar estrés.
Se incrementa el deseo de dormir más de lo habitual (hipersomnio), debido a los cambios hormonales y a la sensación de inquietud y ansiedad. Como tu inconsciente no puede definir la causa de estos cambios, la solución es el intento de apartar los estímulos por la vía de reposo.